Tradicionalmente, diciembre suele ser un mes para compartir en familia por Navidad, pero también es una temporada donde las compras se incrementan notablemente y en esto el neuromarketing desempeña un papel clave.
Para la mayoría de las personas, resistirse a comprar en diciembre es sumamente difícil. En este sentido, los productos en las vitrinas y el ambiente navideño hacen que todo parezca más irresistible.
La combinación de luces, aromas y canciones que solo se escuchan en esta época lleva a la persona a comprar más de lo planeado. Esto no se trata solo de un asunto de fuerza de voluntad, sino de estrategias para persuadir al cerebro.
Neuromarketing y las compras en Navidad
La Navidad no es solo una época de fiesta y celebración; es también un momento que despierta los sentidos y tiene un efecto directo en el cerebro. Al respecto, todos los estímulos sensoriales tienen un propósito específico: activar la emocionalidad.
De modo que toda la atmósfera decembrina puede activar sensaciones como la felicidad y la nostalgia que las marcas aprovechan para motivar el consumo. Es decir, es una época en la cual las personas están más predispuestas a gastar y adquirir productos.
En un periodo donde la emotividad está a flor de piel, las marcas aprovechan esto para conectar con deseos profundos. Por consiguiente, guían al consumidor hacia elecciones que son más emocionales que racionales.
Este fenómeno ha sido respaldado por diversas investigaciones de neuromarketing. Esta disciplina, que combina neurociencia y marketing, revela cómo los estímulos, desde colores cálidos hasta melodías nostálgicas, influyen en las decisiones.
Los resultados de los estudios demuestran que, en temporada de fiestas, el cerebro entra en un estado de mayor emocionalidad y menor racionalidad. Por eso, las compras resultan más impulsivas.
En este caso, el sistema límbico, que se asocia con la parte emocional, es quien toma el control, por lo que la corteza prefrontal, encargada del control y la lógica, queda en segundo plano. Esto significa que las emociones son las protagonistas.
Algunas de las estrategias que utilizan las tiendas y marcas para impulsar sus ventas por medio de la persuasión son los típicos colores rojo y dorado. Estas tonalidades crean una sensación de energía, celebración y urgencia.
A esto se le suman los villancicos y la música navideña, ya que activan la nostalgia. Esta emoción genera un sentimiento de confianza y familiaridad, haciendo que los clientes sean más receptivos a la compra.
Ofertas de “última oportunidad”
Por otra parte, los mensajes que anuncian descuentos limitados o que “se acaban rápido” activan el principio de escasez. Seguidamente, el cerebro percibe el producto como algo de valor y necesario.
En consecuencia, la persona toma la decisión de comprarlo rápido sin pensarlo demasiado. Así pues, todos estos elementos juntos hacen que el cliente sienta la necesidad de llevarse el artículo a su casa.
De modo que en plena temporada decembrina, los colores, las luces y la música se sincronizan para despertar emociones que, junto a otras técnicas de neuromarketing, provocan un aumento en las compras por Navidad.
Información de Neuromarketing.La / redacción Neuroweb
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