Según una nueva investigación conjunta de varias universidades, los hábitos, y no la elección consciente, impulsan la mayoría de nuestras acciones diarias.
El estudio, publicado en Psychology & Health, reveló que dos tercios de nuestros comportamientos diarios se inician «en piloto automático», por costumbre.
Los hábitos son acciones que nos impulsan automáticamente a realizar en situaciones cotidianas, debido a las asociaciones que hemos aprendido entre dichas situaciones y nuestras respuestas habituales.
La investigación también reveló que el 46 % de los comportamientos se desencadenaban por el hábito y se alineaban con intenciones conscientes, lo que sugiere que las personas forman hábitos que apoyan sus objetivos personales y, a menudo, interrumpen los hábitos que entran en conflicto con ellos.
Detalles del estudio sobre los hábitos en las acciones diarias
Si bien se han realizado intentos previos para estimar la prevalencia de los hábitos en nuestra vida diaria, este estudio utilizó un nuevo método.
El equipo internacional de investigación encuestó a 105 participantes de Reino Unido y Australia, enviando seis mensajes aleatorios a sus teléfonos cada día durante una semana, pidiéndoles que describieran lo que estaban haciendo en ese momento y si lo hacían por costumbre o intencionalmente.
La investigación reveló que el 65 % de las conductas cotidianas se iniciaban de forma habitual, lo que significa que las personas se veían impulsadas a realizarlas por rutina en lugar de tomar una decisión consciente.
“Nuestra investigación muestra que, si bien las personas pueden querer hacer algo conscientemente, el inicio y la ejecución de esa conducta a menudo se realizan sin pensar, impulsados por hábitos inconscientes. Esto sugiere que los ‘buenos’ hábitos pueden ser una forma eficaz de hacer realidad nuestras metas”, afirmó Benjamin Gardner, profesor de Psicología en la Universidad de Surrey y coautor del estudio.
Implicaciones de los hallazgos
Los hallazgos podrían tener implicaciones más amplias para las intervenciones de salud pública y bienestar. Los investigadores recomiendan que las iniciativas diseñadas para ayudar a las personas a adoptar nuevas conductas en sus acciones diarias, como hacer ejercicio o comer más sano, se centren en desarrollar nuevos hábitos positivos.
Por ejemplo, para alguien que intenta empezar a hacer ejercicio, el ejercicio irregular puede no ser suficiente. La estrategia más eficaz consistiría en identificar una situación cotidiana en la que sea realista hacer ejercicio (por ejemplo, a una hora determinada del día o después de un evento habitual, como salir del trabajo) y ejercitarse de forma constante en esa situación.
Del mismo modo, para dejar un mal hábito como fumar, simplemente querer dejarlo puede no ser suficiente. Las estrategias más efectivas consistirían en eliminar los desencadenantes (por ejemplo, evitar lugares donde solían fumar) y crear nuevas rutinas, como masticar chicle después de comer en lugar de fumar un cigarrillo.
Información de Neuroscience News / Redacción Neuroweb
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