La adolescencia suele ser una etapa llena de retos debido a todos los cambios que ocurren en el organismo y también en la dinámica diaria; sin embargo, en esta época de conectividad, los adolescentes enfrentan más riesgos para su salud mental.
Aunque actualmente hay mucha más conexión digital, en el día a día cada vez más personas se sienten solas. En este sentido, los jóvenes menores de edad pasan más tiempo frente a las pantallas, pero interactúan con menos personas de forma presencial.
A esto se le suma que en el mundo de las redes sociales, el contenido que generalmente se muestra son personas con “vidas perfectas”, lo que aumenta la autoexigencia de los jóvenes por alcanzar ese estatus y les genera una batalla interna.
¿Por qué los adolescentes están expuestos a mayores riesgos para su salud mental?
El médico y divulgador Jorge Tartaglione advirtió que actualmente hay un fenómeno silencioso que crece cada día. Se trata de una crisis en salud mental entre las personas más jóvenes.
“Más de una internación diaria en Buenos Aires es por crisis mental o intento de suicidio en chicos”, señaló Tartaglione, de acuerdo a lo reseñado por Gizmodo en español. El especialista agregó que 55 % de los afectados tiene menos de 15 años y 77 % son damas.
Sin embargo, no se trata solo de llevar una estadística, sino que el médico pone la lupa en lo que hay detrás. En este caso, lo que predomina es el aislamiento emocional y la falta de diálogo.
En la sociedad actual, el ritmo de vida en muchos países es apresurado. Es decir, las personas se enfocan en ser productivas, cumplir largas jornadas laborales y tener un rendimiento óptimo en el trabajo.
Por tal motivo, detenerse a escuchar, bien sea a otros adultos o a sus hijos adolescentes, en muchos casos resulta un lujo. “Vivimos apurados, todos trabajamos y falta la atención de sentarse a hablar”, advirtió Tartaglione.
Por otra parte, el auge de las redes sociales ha traído como consecuencia que se muestren algunos estándares que la mayoría de las veces no son reales. Por ejemplo, hay usuarios que muestran la perfección en diversos ámbitos: vida, cuerpo y rendimiento.
Sin embargo, lo que ocurre en las redes no siempre es real. “Los adolescentes están expuestos a una exigencia constante, especialmente amplificada por las redes sociales”, explicó Tartaglione.
Asimismo, recibir “me gusta” o comentarios, hacen que los jóvenes siempre estén buscando la validación externa. De modo que si no la tienen, se sienten afligidos y frustrados en niveles que pueden ser peligrosos.
Pedir ayuda no es signo de debilidad
Todos estos factores de presión social, sumado a la falta de comunicación familiar, puede llevar a los adolescentes a un estado emocional de peligro. Y es aquí donde buscar ayuda profesional resulta clave.
“No hay que tener miedo ni vergüenza. La salud mental debe tratarse con la misma naturalidad que una enfermedad física”, dijo el especialista. De esta manera, se estarían minimizando los riesgos y protegiendo la salud mental de los adolescentes.
Información de Gizmodo en español / redacción Neuroweb
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