Cada vez es más común engancharse con una serie o película, dejarse atrapar por la historia y los personajes, por lo que cuando llega el final, las personas suelen experimentar lo que se conoce como tristeza post-serie, debido a algunos cambios en la actividad del cerebro.
Después de horas, o incluso días, viendo el contenido, es común que los espectadores desarrollen cierta afinidad por la trama y lo que les hacía sentir. De modo que cuando llegan los créditos finales, se puede presentar una especie de resaca emocional.
Esto ocurre porque significa despedirse de personajes, historias y mundos que, por un tiempo, la persona sintió como propios. Además de que supone un cambio en la rutina diaria, lo que afecta las emociones.
La tristeza post-serie y el cerebro
Algunas personas han descrito que sienten un “vacío” justo cuando se acaba la última escena del contenido. En ciertos casos, la sensación se disipa rápidamente, pero en otros suele extenderse por varios días.
De acuerdo con lo explicado por Gabriela Orozco, doctora en psicología, especializada en neurociencias de la conducta, las series activan el sistema de recompensas en el cerebro. Así pues, entran en acción los reforzadores positivos que hacen sentir bien al espectador.
“Se activan mecanismos cerebrales que participan en la recompensa, lo que nos hace querer repetir lo que nos hizo sentir bien”, dijo Orozco en un artículo publicado en la página web neuromarketing.ia.
En consecuencia, las personas se sienten tan bien viendo su serie favorita del momento, que olvidan sus problemas. Esto permanece durante el tiempo que estén frente a la pantalla, lo que conlleva a que no quieran despegarse del dispositivo.
Por tal motivo, cuando ya se acerca el final, el espectador comienza a sentir emociones encontradas que van desde la ansiedad por no saber el desenlace sumada a la tristeza del fin de un ciclo.
¿Qué ocurre en el cerebro?
Según lo señalado en el artículo, cuando la serie termina también se dejan de producir los reforzadores positivos, por lo cual ya no están activas esas redes neuronales que generaban sensación de bienestar.
Ante esto, la psicóloga Orozco resaltó que el fenómeno de la tristeza al final de una serie no ocurre en todas las personas. Se da “en aquellas con predisposición para conductas adictivas”.
Asimismo, señaló que mientras los espectadores ven una serie, es común que se libere dopamina, cortisol y oxitocina. Este proceso también ocurre cuando el contenido audiovisual llega a su fin.
En el caso de la dopamina, se trata de un neurotransmisor y una hormona que se produce en el cerebro. Su función principal está ligada al sistema de recompensa y se libera cuando la persona experimenta algo gratificante, lo que motiva a repetir esa acción.
Al respecto, la especialista comentó que la tristeza post-serie es más común en personas con alta búsqueda de novedad y dependencia de la recompensa en el cerebro, lo que puede llegar a afectar la vida del individuo si no sabe gestionar sus emociones.
Información de Neuromarketing.ia / redacción Neuroweb
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