Los teléfonos inteligentes se convirtieron en un indispensable en la vida de las personas, ya sea en el área laboral o como fuente de entretenimiento; sin embargo, reducir el tiempo de uso de los smartphones genera un impacto en el cerebro.
En el día a día, es común ver cómo las personas andan en su casa u oficina con el teléfono en la mano. Si bien es cierto que es una herramienta realmente útil, algunos usuarios se están volviendo dependientes de esta tecnología.
Un ejemplo de ello es que utilizan el teléfono mientras están hablando con otras personas cara a cara, o al mismo tiempo que comen. De modo tal que mientras mastican, están respondiendo un mensaje o viendo un vídeo.
¿Cuál es el impacto en el cerebro al reducir el uso de smartphones?
Hace aproximadamente dos décadas los teléfonos llegaron para cambiar las formas de comunicación y la dinámica diaria. Desde entonces, las marcas se han enfocado en lanzar dispositivos cada vez más inteligentes con múltiples funciones.
Paralelamente, los desarrolladores están aprovechando la tecnología de estos equipos para crear aplicaciones, redes sociales y plataformas que capten la atención del usuario y lo hagan permanecer más tiempo frente a la pantalla.
De forma tal que las personas pueden pasar muchas horas seguidas utilizando el teléfono sin estar conscientes del tiempo que permanecen con el dispositivo en la mano. Esto ocurre porque se ha vuelto un hábito natural en la cotidianidad.
Actualmente, pensar estar sin un teléfono inteligente durante tres días resulta inaceptable para muchas personas. Sin embargo, un grupo de científicos de la Universidad de Heidelberg y la Universidad de Colonia, en Alemania, evaluó el impacto de reducir el uso del smartphone durante 72 horas.
¿En qué consistió el estudio?
En la investigación participaron 25 personas, con edades comprendidas entre los 18 y 30 años. Al respecto, los investigadores le pidieron a los participantes que usaran su teléfono solamente para aspectos del trabajo y comunicaciones indispensables.
Vale destacar que antes del experimento y, una vez finalizado, las personas se sometieron a estudios de resonancias magnéticas cerebrales, así como también a pruebas psicológicas. El objetivo era evaluar algunos cambios en la actividad cerebral.
Los resultados de la investigación se publicaron en los Computers in Human Behavior. Durante el estudio, los científicos observaron alteraciones en la actividad cerebral, relacionadas con los sistemas de recompensa y la adicción.
¿Cuáles fueron los hallazgos?
El informe reveló que cuando los participantes vieron fotos de teléfonos, ya sea encendidos o apagados algunas áreas del cerebro reaccionaron de forma parecida a como lo harían ante drogas adictivas como la nicotina o el alcohol.
Ante esto, los investigadores explicaron a Science Alert, que está reacción se debe a la activación de los sistemas de dopamina y serotonina. Estos son dos neurotransmisores en el cerebro que controlan comportamientos compulsivos y regulan el estado de ánimo.
Por otra parte, los autores del estudio aclararon que no determinaron si los cambios en la actividad cerebral se debían solo a la falta del dispositivo o si estaba vinculado a la ausencia de la interacción social al no tener el equipo.
En concreto, el estudio permitió comprobar que la reducción del uso de los smartphones provoca un impacto en la química del cerebro que podría desencadenar comportamientos compulsivos.
Información de El Confidencial / redacción Neuroweb
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