Investigadores de la Escuela de Medicina Icahn del Monte Sinaí realizaron un estudio en el que descubrieron que las personas con trastorno de estrés postraumático (TEPT) presentan signos de envejecimiento cerebral acelerado.
La investigación estuvo dirigida a los socorristas del World Trade Center (WTC). Es decir, aquellas personas involucradas en operaciones de rescate y recuperación después de los ataques terroristas a las torres el 11 de septiembre de 2001.
El suceso histórico dejó grandes huellas en la sociedad, pero también en el organismo de algunos individuos, según este nuevo estudio. Especialmente, entre quienes estuvieron expuestos por mayor tiempo a la Zona Cero.
El estrés postraumático se asocia con envejecimiento cerebral acelerado
Para llevar a cabo la investigación, se utilizó un modelo de edad cerebral basado en aprendizaje profundo. Al respecto, el equipo utilizó un modelo de inteligencia artificial (IA) vanguardista llamado BrainAgeNeXt.
Este modelo de IA fue entrenado con más de 11 000 resonancias magnéticas cerebrales. Así que con esta tecnología se pudo estimar la edad cerebral de cada participante que formó parte de la muestra.
Los resultados arrojaron que aquellas personas que desarrollaron el trastorno de estrés postraumático luego de los ataques del WTC tienen un cerebro con una apariencia más envejecida. Es decir, la imagen del órgano supera la edad cronológica de la persona.
Asimismo, los científicos observaron que los afectados tenían marcadores que sugerían un envejecimiento cerebral acelerado. Esto no se evidenció en aquellas personas que no sufrieron de TEPT.
Además, el estudio destaca que el efecto fue mucho más pronunciado en quienes estuvieron expuestos a la «Zona Cero» de los ataques durante más tiempo. Esto significa que a mayor tiempo de exposición, más grande fue el impacto en la edad cerebral.
«Estos hallazgos sugieren que el TEPT no es sólo una condición psicológica sino que también puede tener efectos mensurables en el proceso de envejecimiento del cerebro«. Así lo dijo Azzurra Invernizzi, PhD, y primera autora del estudio.
“Comprender estos cambios nos ayuda a reconocer el impacto neurobiológico del trauma y puede orientar intervenciones tempranas para proteger la salud cerebral”, agregó Invernizzi, quien es investigadora postdoctoral en el Departamento de Medicina Ambiental de la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai.
Impacto del TEPT
Los hallazgos de la investigación indican que el impacto del trastorno de estrés postraumático va más allá de la psicología. En este sentido, el TEPT podría aumentar el riesgo de sufrir enfermedades neurodegenerativas que se asocian al envejecimiento.
Asimismo, los resultados de la investigación resaltan la necesidad de seguir apoyando a los socorristas del WTC a medida que envejecen, ya que muchos siguen padeciendo los efectos de este suceso.
“Muchos de los que respondieron al 11 de septiembre continúan experimentando los efectos del trauma décadas después”, dijo Megan K. Horton, PhD, MPH, profesora de Medicina Ambiental en Icahn Mount Sinai y autora principal del estudio.
Finalmente, los investigadores destacaron que al comprobar cómo el trastorno de estrés postraumático se relaciona con el envejecimiento cerebral acelerado, el siguiente paso es desarrollar estrategias para detectar y prevenir los primeros signos del deterioro cognitivo.
Información de Neuroscience / redacción Neuroweb
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