El perfeccionismo, esa búsqueda interminable de la perfección en cada tarea, no se trata de simple autoexigencia, sino que es una práctica que puede traer efectos y consecuencias negativas para la salud mental.
Con el paso del tiempo, tener un estilo de vida basado en la perfección puede convertirse en una de las mayores fuentes de estrés y ansiedad. Esto se debe a que la persona asume que todo lo que hace resulta insuficiente porque no es “perfecto”.
Aunque muchas veces se asocia con el éxito y la excelencia, esta actitud impone un estándar tan alto que se vuelve casi inalcanzable. Es una tendencia que afecta el bienestar emocional de millones de personas.
Efectos del perfeccionismo en la salud mental
Generalmente, los efectos de esta práctica en la salud mental son desestimados. Sin embargo, algunas personas terminan descuidando su bienestar en el camino por cumplir con expectativas irrealizables.
Los costos emocionales de “ser perfecto” pueden ir desde la ansiedad constante hasta la depresión, entre muchos otros trastornos de salud mental. Aunque este tipo de padecimientos no siempre son visibles, es algo que afecta la calidad de vida de las personas.
De acuerdo con el psicólogo clínico Paul Hewitt, referente internacional en el estudio del perfeccionismo, refirió que esta práctica no es una búsqueda sana de la excelencia, sino una “forma de supervivencia emocional”.
Durante una entrevista en el podcast Modern Wisdom, el experto comentó que este deseo de hacer todo “perfecto” inicia mucho antes de llegar a la adultez. Además, señaló que detrás de esta tendencia se esconden heridas profundas, rigidez y baja autoestima.
Al respecto, Hewitt explicó que esta actitud tiene su origen en una profunda sensación de no ser suficiente que, a menudo, se crea en la infancia. De modo tal que la persona va por la vida en busca de conseguir aceptación y aprobación de los demás.
Así pues, las personas creen que deben hacer todo impecable para que puedan tener valor y recibir el cariño de los demás. Pero si esto no ocurre y se equivocan en alguna tarea, piensan que inmediatamente serán rechazados.
El psicólogo comentó que el diálogo interno de este tipo de personas suele ser muy crítico y castigador. Además, siempre están buscando el mínimo error en todo lo que hacen. “Vivir dentro de la mente de un perfeccionista es abusivo”, afirma Hewitt.
Formas y consecuencias
Hewitt definió tres tipos de perfeccionismo, uno de ellos es el autoorientado, que se basa en la exigencia extrema consigo mismo. El segundo es el orientado hacia otros, mientras que el tercero se caracteriza por sentir que el mundo exige a las personas ser perfectas.
En esta lucha constante por la aprobación de otros, las personas pueden experimentar ansiedad, depresión, trastornos alimentarios y aislamiento emocional. Además de problemas físicos e, incluso, mayor riesgo de suicidio.
En concreto, el perfeccionismo es una actitud que tiene numerosos efectos en la salud mental de quien lo lleva. Generalmente, el resultado de esta búsqueda de aceptación es el agotamiento emocional.
Información de Gizmodo en español / redacción Neuroweb
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