Investigación revela cómo los ‘husos de sueño’ pueden reforzar la memoria

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Un estudio publicado recientemente en The Journal of Neuroscience aporta evidencia de que los husos de sueño (breves ráfagas de actividad cerebral que ocurren durante el sueño ligero no REM) pueden ayudar a reforzar la memoria motora al actuar sobre áreas cerebrales específicas utilizadas durante el aprendizaje.

Los hallazgos sugieren que los husos de sueño no son aleatorios, sino que siguen un patrón específico que favorece el aprendizaje. En lugar de ocurrir uniformemente en todo el cerebro, los husos parecen concentrarse en áreas corticales que se activan durante una tarea, lo que potencialmente los convierte en un mejor indicador de la consolidación de la memoria que la actividad general de estos.

Estudios previos han demostrado que estas explosiones pueden ocurrir en toda la corteza cerebral, pero a menudo aparecen con mayor intensidad en ciertas regiones, dependiendo de lo aprendido durante la vigilia. 

Detalles de la investigación sobre los husos de sueño y la memoria

El equipo quería examinar si estas explosiones de actividad están condicionadas por el aprendizaje previo y si su ubicación en el cerebro puede predecir cuánto mejora el rendimiento de una persona después de dormir.

Para ello, utilizaron dos técnicas complementarias de imagen cerebral (electroencefalografía y magnetoencefalografía) que, combinadas con la resonancia magnética, permitieron localizar la actividad de los husos en la superficie cerebral con mucha mayor precisión espacial que los métodos convencionales. 

Este enfoque proporcionó una visión más detallada de cómo el cerebro dormido revisita y potencialmente fortalece los recuerdos de experiencias recientes.

Para su estudio, los investigadores reclutaron a 25 adultos sanos y registraron su actividad cerebral durante tres siestas separadas, con al menos una semana de diferencia. Una sesión se utilizó para la adaptación, otra sirvió como punto de referencia y la última para el aprendizaje motor. 

Durante la sesión de aprendizaje motor, los participantes realizaron una tarea de golpeteo con los dedos conocida como tarea de secuencia motora. En esta tarea, los participantes escribieron repetidamente una secuencia de cinco dígitos con la mano izquierda. 

Completaron doce ensayos de 30 segundos, con descansos entre cada uno. Su rendimiento se midió por el número de secuencias correctas escritas por ensayo, lo que permitió medir tanto la velocidad como la precisión.

Segunda parte

Posteriormente, los participantes tomaron una siesta de 90 minutos dentro del escáner MEG. Se analizó la actividad cerebral durante la fase 2 del sueño no REM para detectar eventos de huso. Unas horas más tarde, los participantes regresaron al escáner y se les realizó una nueva prueba de golpeteo de dedos para medir su progreso.

Para identificar las áreas cerebrales activas durante el aprendizaje, los investigadores examinaron primero los cambios de frecuencia en la potencia desde el reposo hasta el rendimiento en la tarea. Identificaron una red de 102 regiones corticales que mostraron una supresión significativa de la actividad durante el rendimiento en la tarea, incluyendo áreas motoras primarias y somatosensoriales, regiones premotoras y áreas motoras suplementarias.

Hallazgos

El principal hallazgo fue que la densidad de husos de sueño aumentó en estas regiones involucradas en la tarea después del aprendizaje, en comparación con el sueño basal. Específicamente, alrededor del 18 % de las regiones identificadas relacionadas con la tarea mostraron un aumento en la actividad del huso inducido por el aprendizaje, en comparación con poco menos del 3 % de las regiones fuera de esta red. 

Estas regiones incluían áreas bilaterales de la mano en la corteza motora primaria, regiones de planificación motora y áreas motoras suplementarias.

Tales aumentos no fueron arbitrarios. Los cambios en la densidad del huso predijeron cuánto mejoraron los participantes en la tarea después de la siesta. Sin embargo, esta relación fue específica de cada región. 

Las mejoras en el rendimiento después del sueño se asociaron con una mayor actividad del huso en áreas involucradas en la planificación motora, como el área motora suplementaria y la corteza premotora contralateral.

Por el contrario, las mejoras durante el entrenamiento se relacionaron con la actividad del huso en áreas de ejecución motora como la corteza motora primaria y las regiones somatosensoriales. Los dos conjuntos de regiones no se superpusieron, lo que sugiere que el aprendizaje inicial y la mejora dependiente del sueño dependen de procesos neuronales diferentes.

Esta distinción refuerza la idea de que el aprendizaje durante la vigilia y la mejora después del sueño reflejan componentes separados de la formación de la memoria. El aprendizaje puede codificar la experiencia, mientras que el sueño la consolida y la refina. 

Los autores del estudio sugieren que los husos en las áreas relacionadas con la ejecución podrían estabilizar el rastro de memoria, mientras que los husos en las áreas de planificación podrían favorecer el refinamiento y la automatización de la habilidad durante el sueño.

Información de PsyPost / Redacción Neuroweb

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