Imagina el potencial de la tecnología de interfaz cerebro-computadora (BCI, por sus siglas en inglés) para el marketing: controlar una computadora, diseñar arte o componer música con solo tus pensamientos. Lo que alguna vez fue posible solo en las películas de ciencia ficción ahora está al alcance de muchos, gracias a los rápidos avances en las BCI.
Estas tecnologías revolucionarias tienen el poder de remodelar la atención médica, redefinir la creatividad, revolucionar el mercado y alterar varias industrias.
Específicamente en cuanto al marketing, no solo es prometedor; está lleno de oportunidades ilimitadas. Esto es especialmente evidente en el neuromarketing, un campo que combina la neurociencia y el marketing para comprender las decisiones de los consumidores.
El neuromarketing surgió a principios de la década de 2000 cuando los investigadores y los especialistas en marketing buscaron más allá de los grupos de discusión y las encuestas tradicionales. Al analizar la actividad cerebral y otras respuestas fisiológicas, las empresas podían comprender mejor qué capta la atención, evoca emociones e impulsa la toma de decisiones.
Algunos ejemplos pioneros incluyen:
- Coca-Cola vs. Pepsi: en un famoso estudio de neuromarketing, los investigadores utilizaron exploraciones de resonancia magnética funcional para analizar la actividad cerebral de los participantes durante pruebas de sabor a ciegas. Descubrieron que la marca, no el gusto, influía en las preferencias de los participantes, lo que demuestra el poder de las conexiones emocionales en el marketing
- Google: el gigante tecnológico utilizó el seguimiento ocular y los estudios de EEG para optimizar su página de resultados del motor de búsqueda (SERP), asegurando que el diseño y la disposición se alinearan con los patrones de atención del usuario
Hoy en día, el neuromarketing ha evolucionado con los avances en IA y neurociencia, lo que permite a las marcas predecir el comportamiento del consumidor con una precisión aún mayor.
Aplicaciones más allá de la atención sanitaria: neuromarketing y BCI
Si bien las BCI se han centrado principalmente en la atención sanitaria, su potencial se extiende mucho más allá. En la atención sanitaria, las BCI tienen una variedad de aplicaciones, desde restablecer la comunicación y la movilidad de las personas con discapacidades graves hasta diagnosticar y tratar trastornos neurológicos.
El neuromarketing es una de las fronteras más prometedoras, ya que las marcas buscan aprovechar los conocimientos basados en el cerebro para refinar sus estrategias.
Así es como las BCI pueden redefinir el (neuro) marketing:
- Anuncios hiperpersonalizados: imagine ofrecer anuncios adaptados a las preferencias subconscientes de los consumidores, detectadas en tiempo real a través de datos neuronales
- Experiencias de marca inmersivas: los minoristas podrían usar BCI para crear entornos de compras virtuales donde los consumidores naveguen e interactúen con los productos usando sus pensamientos.
- Perspectivas emocionales más profundas: las BCI podrían medir las respuestas emocionales a las campañas, lo que permitiría a los especialistas en marketing ajustar sus estrategias en función de la retroalimentación en tiempo real
En el futuro, la IA y el neuromarketing pueden potenciar conexiones más profundas, impulsar el progreso ético y resolver desafíos del mundo real. Las marcas y los líderes que asuman esta responsabilidad hoy no solo darán forma a la trayectoria de sus industrias, sino que también definirán estándares éticos e innovadores para las generaciones futuras.
La oportunidad no consiste simplemente en mantenerse a la vanguardia; se trata de construir un legado de confianza, inclusión e impacto transformador que trascienda los límites de la tecnología y la humanidad.
Continúa leyendo: La IA calcula la edad cerebral y vincula el estilo de vida con la salud cognitiva
Se parte de nuestra comunidad en nuestras redes sociales