Tomar la siesta: ¿Cuáles son los beneficios para tu mente y estado de ánimo?

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La siesta, ese sueño breve y reparador que se toma a primera hora de la tarde, puede ser un lujo para un gran número de adultos que viven en países con economías inestables; sin embargo, estudios científicos demuestran que trae beneficios para la mente y el estado de ánimo.

En algunos países es tradición interrumpir la jornada laboral para tomar un breve sueño después del almuerzo. Generalmente, este descanso ligero no suele exceder los 30 minutos para que la persona no entre en fases de sueño profundo. 

Entre las ventajas de tomar la siesta destaca que puede ayudar a las personas a ser más productivas en el resto de la jornada laboral. Por consiguiente, se minimizaría el agotamiento de los trabajadores y las empresas tendrían mejores resultados.

¿Cuáles son los beneficios de la siesta en la mente y el estado de ánimo?

La práctica de un sueño corto y ligero puede traer múltiples beneficios que van más allá de recuperar energía. Entre estos destaca mejorar el estado de alerta, la memoria y el ánimo para el resto del día.

Adicionalmente, los resultados de investigaciones científicas evidencian que las siestas ayudan a mejorar la concentración, al igual que los tiempos de reacción al momento de tomar decisiones.

De acuerdo con científicos de Cleveland Clinic, para que la siesta resulte beneficiosa se deben tomar en cuenta varios factores. En este sentido, el horario de la siesta y la duración son cruciales para que las ventajas se manifiesten.

Al respecto, la psicóloga Michelle Drerup, especialista en trastornos del sueño de Cleveland Clinic, indicó que las personas que duermen unos minutos después del mediodía pueden captar mejor la información nueva.

A esto se le suma, que el practicar el hábito de la siesta les ayuda a disminuir la frustración que se presenta con algunas tareas. Por lo cual, el estado de las personas será más calmado y analítico.

Otra de las consecuencias positivas de dormir la siesta radica en una mejora en el estado de ánimo. Así pues, se comprobó que ayuda a las personas a reducir la impulsividad y fomentar la sensación de relajación.

La duración ideal

Para que una siesta sea efectiva, es necesario dedicarle el tiempo justo. Esto se debe a que excederse puede provocar que la persona termine con más cansancio del que tenía antes de acostarse.

En este sentido, los especialistas recomiendan que la siesta dure entre 15 y 30 minutos, debido a que durante este tiempo el cerebro puede desconectarse y despertar con energía. Si la duración es mayor, se cae en fases profundas de sueño que pueden dejar aturdimiento.

Por otra parte, el momento en el que ocurre la siesta también es determinante para su efectividad. Ante esto, los expertos sugieren tomar un breve descanso antes de las 2:00 de la tarde.

La razón de esto radica en que dormir después de ese horario puede alterar el ritmo circadiano y, por consiguiente, dificultar conciliar el sueño al momento de dormir en la noche. 

Sin embargo, en el caso de las personas que trabajan en horarios nocturnos, tomar una breve siesta poco antes de iniciar la jornada puede traer como consecuencia un mejor rendimiento en su turno.

En definitiva, hacer una siesta antes de continuar con la jornada de trabajo traerá beneficios para la mente y el estado de ánimo. Y, a su vez, esto ayudará a tener mayor concentración en incrementar los niveles de productividad.

Información de Gizmodo / redacción Neuroweb 

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