Singapur ha sido nombrado el país más innovador del mundo, basado en indicadores como el nivel de educación de la fuerza laboral y la tasa de creación de nuevas empresas. Superó a Estados Unidos y encabezó el último ranking mundial de innovación, una clasificación bienal de 74 países y la Unión Europea realizada por la Consumer Technology Association (CTA).
De los 25 países que fueron nombrados campeones mundiales de innovación, Singapur recibió la puntuación compuesta más alta, un salto desde su décimo quinta posición en 2023. Los cinco primeros puestos de los países innovadores los completan Estados Unidos, Nueva Zelanda, Suecia y Suiza.
De acuerdo con la CTA, su sistema de puntuación mide a los países en función de sus realidades políticas, económicas y demográficas para ver qué tan bien posicionados están para impulsar la innovación tecnológica.
La más reciente edición evaluó a los países en una gama más amplia de métricas que antes: mientras que el cuadro de 2023 tenía 40 indicadores, el último tiene 56 y abarcó una variedad de fuentes de datos de agencias como la Organización Mundial del Comercio, la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual y la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo.
Singapur fue el mejor en una de cada cuatro categorías en el ranking mundial de innovación
Singapur obtuvo las puntuaciones más altas en cuatro de las 16 categorías medidas en el ranking mundial de innovación: resiliencia del entorno empresarial y transparencia de los datos; la naturaleza pro innovación de su entorno legal; su amabilidad hacia las empresas emergentes y las pequeñas empresas; y sus políticas fiscales para las empresas.
También obtuvo buenos resultados en otras categorías, como la diversidad étnica e inmigrante de su fuerza laboral, la apertura a la telesalud y a los flujos de datos transfronterizos, y las velocidades de banda ancha.
El director ejecutivo de la CTA, Gary Shapiro, dijo en una breve ceremonia que el sistema de evaluación analizó si los países tienen las condiciones que catalizan a sus innovadores para inventar un futuro mejor.
“Eso significa no sólo evaluar la inversión en sectores de vanguardia o la burocracia para las empresas emergentes, sino también reconocer que los países que garantizan la libertad de expresión crean oportunidades para la diversidad de la fuerza laboral y respetan las libertades fundamentales de las personas”, dijo.
Shapiro espera que otros países sigan el ejemplo de Singapur en cuanto a innovación.
Resaltó que, en general, los países que ocupan los puestos más altos en el cuadro de resultados demuestran una mejor colaboración entre el gobierno y la industria.
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